jueves, 25 de julio de 2013

Reflexiones de luto...

Cuando suceden tragedias como la que tuvo lugar ayer en Santiago de Compostela, nos ponemos en la piel de los familiares y nos recorre un escalofrío lleno de sensaciones y sentimientos tristes, que nos hacen pensar y reflexionar...

A mi, ayer, cuando me enteré de la noticia, me ocurrió esto mismo. Pensé en el pánico que debieron sentir las víctimas del accidente, tanto los que fallecieron como los que no... esos segundos en los que no sabes qué está pasando, pero sabes que no es nada bueno... pensar que puede que sean los últimos momentos de tu vida, y tener todos esos recuerdos de por vida.... 

También pensé en los amigos y familiares de las víctimas, aterradas al conocer la noticia y saber, o pensarse, que algún familiar o amigo iba en ese tren...Un pánico les debió invadir todo el cuerpo, el cual aumentaría o se evaporaría al conocer si ese alguien era una de esas numerosas víctimas mortales, o no...

Al pensar todo eso estuve unos largos minutos invadida de un sentimiento de tristeza, terror... y sobretodo, impotencia... Impotencia al saber que contra eso no se puede hacer nada, que nunca se sabe cuando será tu último momento, que puede llegar así como así, y no hay nada que hacer...

Al pensar en todo esto, pensé en que todo nuestro mundo está construido sobre una base de superficialidades, donde lo importante es el dinero, las apariencias, el nombre... Por eso, una vez más, pensé en que la vida está para vivirla, para hacer todo aquello que nos hace felices, exprimir cada segundo de nuestro tiempo y gastarlo en hacer todo aquello que nos llena y que hará que nos realicemos como personas. Que el sentido de la vida es vivirla, disfrutarla, y que para ello está el trabajo, tanto el trabajo con el que ganamos dinero, el que nos lleva a poder gastar ese dinero en disfrutar de aquellas cosas que nos gustan, pero que, desgraciadamente, no son gratuitas; y el trabajo en el sentido de la constancia, dedicación y esfuerzo, para conseguir todas aquellas metas a las que queremos llegar, cosas que, conseguidas, harán que nos invadamos de felicidad y satisfacción por nosotros mismos, cosas desde acabar una carrera universitaria a aprender a jugar a las cartas, incluso...

Así que, aunque ocurran desgracias y tragedias en el mundo, son cosas que no podemos evitar, por eso, ante ello, debemos superarlo, mirar hacia adelante y hacer, mientras podamos, todo aquello que nos haga felices, a nosotros y a los que nos rodean.

Un beso enorme a todo el mundo,

Y ánimo a las víctimas y sus familiares...



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